En algún momento el Anckermann pasó a llamarse o lo denominaron, Teatro Popular Latinoamericano, pero parece que de esto solo se acuerdan unos pocos porque he leído reseñas y hasta entrevistas a figuras importantes de este período y todos, o casi todos, elipsan muchísimo esta etapa.
El Teatro Martí cierra sus puertas en 1974. El inmueble se encontraba en un estado deplorable, problemas con la electricidad, innumerables desconchados, la humedad haciendo de las suyas por todas partes, salideros de agua, el techo en peligro de derrumbe, etc. etc. Solo recuerdo en buen estado las cortinas de terciopelo en color rojo vino de los palcos laterales, y las lunetas que un público decente conservó durante décadas. Pero el Teatro Martí cerró no sólo por desidia y abandono, no sólo porque el "quinquenio gris" cobrara sus víctimas, el Martí también cerró sus puertas porque representaba "el teatro viejo de la vieja guardia", toda una generación estaba desapareciendo, y por lo tanto, el Bufo y los sainetes habían dejado de tener sentido. Hasta el maravilloso teatro experimental de los 50's y primera mitad de los 60's, había tomado otro rumbo. El teatro cubano pasó a constituirse - casi por decreto - en grandes grupos con "mega" proyectos, que si bien algunos resultaron memorables, a la larga limitó el trabajo de todos los que no cabían en la nueva estructura. Pero sobre ésto ya se ha escrito hasta el cansancio y yo no tengo nada nuevo que agregar.
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Eddy Govea, La Tolón y el caracterizador estrella del Teatro Martí |
El Teatro Musical de La Habana pasó a ser el cuartel general de algunos actores que quedaron desplazados con el cierre del Martí, pero allí ni el Bufo, ni las zarzuelas tenían real cabida, el Musical tenía sus propias necesidades y su propio repertorio. La batuta del bel canto pasó a ser representado exclusivamente por la compañía del Teatro Lírico, cediendo además el debido espacio a los títulos de clásicos universales. Me atrevo a decir que la zarzuela cubana murió un poco con el cierre del Martí.
Si alguien está interesado en nombres de directores, dramaturgos, críticos, directores musicales u otros actores, la información aparece detallada en otros links. Por las razones obvias, el Blog está centrado en el rescate de la soprano lírica María Teresa Tolón, y me reservo el derecho de incluir quien estimo pertinente.
Estando en el Teatro Martí, María Teresa Tolón participa en una decena de obras, aunque más una vez en las pocas reseñas que he encontrado, su nombre es escatimado en el recuerdo de casi todos. Obras como, Quiéreme Mucho, La vida secreta de Don Juan Tenorio, Nueva en esta casa, Zafra, La Pérgola de las flores, La Chacota, El Pagador de promesas, y tantas otras donde mi madre no hacía propiamente, "papeles secundarios". Una veintena de obras refería el triste Curriculum Vitae que a duras penas escribió para la tristemente célebre, "Evaluación de Artistas".
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La Tolón en una escena de "Zafra" junto a Candita Quintana |
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Lina Ramirez, La Tolón y un actor que no identifico. |
No puedo precisar con exactitud las fechas, pero sí que fueron temporadas de muchísimo éxito, teniendo en cuenta que la publicidad prácticamente había dejado de existir, y que el teatro cubano sufría el diezmo de la parametración, una herida abierta en la historia de nuestra cultura. Me abstengo de entrar en consideraciones políticas, no es el objetivo del Blog, fueron años turbulentos y castradores para todos. Los artistas sobrevivían como podían...
Yo era muy niña aún, pero tengo fresca en la memoria la etapa de La Tolón en el Martí, mi madre me llevaba a muchos ensayos y funciones, todo me parecía maravilloso, único, era un ambiente de fiesta, risas, y trajes de fantasía... por dentro muchos de aquellos actores la estarían pasando realmente mal, pero una niña no podía ver más allá de los rostros y de una noche que se iluminaba con las candilejas.
Los salarios ya no eran los mismos y a alguien se le ocurrió hacer la famosa "vaquita". Todos los meses se le entregaba al elegido del sorteo, diez o veinte pesos, no recuerdo la cantidad exacta. La vaquita era esperada con mucha ilusión por todos ya que el afortunado podía disponer de una cantidad extra. También se hacían intercambios de regalos por las navidades y la gente del teatro se esmeraba con los colegas, recuerdo que mi madre comentó mucho de una maravillosa lámpara Art Decó, original, que alguien llegó a regalar en uno de aquellos sorteos.
La escasez ya estaba instalada y en esta puesta en escena, los vestidos eran de las propias actrices y bailarinas. El vestido en plumillas azul y blanco, había sido confeccionado para mi madre por Julián, un modisto excelente a quien conocí de niña y que vivía en la misma calle de Virgilio Piñera. Julián dejó una huella imborrable en mi vida porque cuando comenzaron los problemas con la ropa, la tía Carla ya había fallecido, y él se encargaría del ropero de mi madre hasta que paró de costurar. Recuerdo que él me hizo mi primer sobretodo de invierno, un abrigo color de rosa con un tejido de pana que él había conservado por años.
De aquella etapa en el Martí recuerdo especialmente a los actores Pedro Pablo Astorga, a Rosendo Lamadriz, y a su esposa, la pianista Karelia Escalante, porque todos eran íntimos de La Tolón y nos visitaban en casa. Recuerdo perfectamente a Adolfo Llauradó porque era siempre muy exhuberante y daba sonoras carcajadas y grandes besos a todos, recuerdo al bello Eddy Govea, un actor y bailarín gran amigo de mi madre, a quien yo amaba con secreta inocencia.
Recuerdo muy bien a la gran actriz Margot de Armas, quien conformara uno de los más inolvidables monólogos del teatro cubano, Lolita tiene un brillante, personaje de la obra, La Chacota, del dramaturgo Nicolás Dorr, y dirigida por su hermano Nelson Dorr. Si mal no recuerdo, La Chacota tuvo varias versiones y cada noche el lleno era total.
Me recuerda ahora uno de mis actores favoritos, Jorge Cao (hicimos con él tantísimos Teatros ICRT's en el dramático) que él también estuvo con La Tolón en el Martí, en Tambores, la primera obra de Carlos Felipe, dirigida por Modesto Centeno.
Recuerdo con mucho cariño los ensayos de "La Pérgola de la Flores", donde me preguntaron si yo quería ser actriz y yo dije que no, porque sentía más curiosidad por el trabajo del señor que decía a todos lo que tenían que hacer. Era el director y dramaturgo Humberto Arenal. Años más tarde reencontraría a Humberto en algunos festivales de teatro y siempre me preguntaba... y qué se hizo de tu madre? Dónde está La Tolón que no aparece nunca?
En mi memoria del Teatro Martí los gatos de Candita Quintana merodeando por todas partes, según la propia Candita el teatro no tenía ratones gracias a sus "niños", pero no eran tres o cuatro gatos, era una verdadera legión felina.
Recuerdo el camerino de Zenia Marabal, otra excelente actriz también fallecida recientemente, quien volviera a brillar en la Habana Blues de Benito Zambrano.
Imborrable la cafetería del lateral porque aún se encontraban refrescos y alguna que otra marquesita. Recuerdo el segundo y ultimo piso, donde ya casi nadie se sentaba porque el público se concentraba en la platea y primera planta, y también porque estaba prohibido circular en determinadas zonas. Allí estaban además algunos salones de ensayos y las oficinas del teatro.
Recuerdo el gran palco a la derecha del escenario - mi lugar favorito - desde donde vi, noche tras noche, tantas y tantas representaciones. Recuerdo los camerinos de los bailarines donde me estaba prohibido subir, las escaleras eran muy empinadas y con abiertos al vacío en la parte trasera del escenario; los de maquillaje y peluquería estaban justo detrás del escenario, al centro.
También por el patio lateral se podía llegar a los camerinos, la puerta allí estaba generalmente abierta y los actores se paraban allí a refrescar o fumar. Más de una vez vi allí a Candita tirando comida a sus gatos. Recuerdo un bebedero antiguo de color castaño obscuro en una de las esquinas cercanas a los baños.
Todos detalles triviales, pero tan presentes en mi memoria, era un teatro colosal, con una historia enorme...
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Mi madre y yo en una de las esquinas del escenario del Teatro Martí |
Es curioso, pero buscando reseñas sobre el Teatro Martí, los textos y las fotografías que encuentro hablan de su construcción, de los inicios del teatro, de las grandes estrellas de los 30's y los 40's, del Bufo que allí se representó, de sus temporadas de zarzuelas, pero poco más. Es como si de golpe, los finales de los 60's e inicios de los 70's, no existieran más en la memoria del teatro.
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La Amalia Batista de María Teresa Tolón |
Por aquella época mi mayor gusto era repasar con mi madre los diálogos de las obras porque leía muy rápido y era una lectora aventajada para mi edad. Yo le daba el pie para su personaje, ella decía su bocadillo y así sucesivamente íbamos repasando el texto hasta que ella se lo aprendía de memoria. Tengo que recordar que muchas veces esto se hacía mientras mi madre lavaba interminables palanganas de ropa porque la máquina de lavar (americana) había dejado de funcionar, y las Aurikas rusas aún tardaban en aparecer. A pesar de que su salario - que pasó a ser no sin cierto eufemismo "histórico" por ser una artista "de antes" - le permitía un cierto desahogo financiero, en mi casa nunca hubo empleada doméstica porque mi madre lo hacía todo. Tuvimos en una época un cocinero de nombre Modesto, era más bien un antiguo amigo de la familia y al morir nos dejó huérfana la cocina. Cocinar era la única cosa que mi madre no hacía y aunque tuvo que aprender por necesidad imperiosa a los 45 años, siempre salaba o quemaba los platos. Su frase favorita era: Yo soy artista, no cocinera!
Esta es mi memoria de aquella época y del Teatro Martí... Pero Filiberto Hebra me ha corrido un velo que podría explicar algunas cosas!
Aquí les va la carta, un texto revelador, sincero y muy bien hilvanado porque Filiberto además de diseñar o decorar, escribe de maravilla. Hago elipsis naturalmente de los nombres de algunos implicados - como él justamente exigió - ya que no contamos con la autorización de todos para el efecto.
Y ahora sí, "Las Tolón"
Hola Hortensia. Soy Filiberto Hebra, el amigo de Pepe. Me habló de tu mamá María Teresa y le conté un poco de Las Tolón; todos ellos era amigos míos después de un tiempo porque entonces yo era muy jovencito y ellos bastante elitistas como para dejar entrar en su grupete a un menor de edad. Yo hacía mis primeros "pininos" en la vida gay de aquella Habana de finales de los 60's (aproximadamente). Las Tolón se extendieron hasta los 70's, cuando todos empezaron a irse del país. El nombre surge, por supuesto, porque al principio solía salir aquél grupón de pájaros con tu mamá, sobre todo a Nigth clubs y cabarets. Luego ya salían ellos solos pero quedaron bautizadas como "Las Tolón", para siempre. Me acuerdo de ella porque aparecía en TV cuando yo era niño y tengo especial debilidad - qué raro! - por las vedettes y el mundo pop de aquella época.
Te he escrito vía privada pues algunos siguen vivos y, aunque ya raramente los veo, no quiero hacer públicos sus nombres. A los que han muerto les agrego una crucecita al final:
Mateo el gordo ( La Partera) +
... La Tamal
Reinaldo Arenas (no necesitaba apodo) +
Jorge Toranzo (La Tora) +
Richard López (Cuca West) +
...Ñica Paraíso
... Truca Pérez
... Jorge Guardado +
... La Miranda (creo que murió y era profesor de la Alianza Francesa)
Hay otro gran amigo que veo frecuentemente y vive aquí en Miami.
Muchas veces la policía nos recogía por horas cuando hacían redadas, que eran muy frecuentes. Recuerdo perfectamente aquel hato de locas avanzando - y arrasando - Rampa arriba y Rampa abajo - Ya muy tarde hacíamos grupos y diletábamos sobre cualquier libro prohibido o la última película sueca que habíamos visto en la Cinemateca sin subtítulos en cualquier idioma.
Esto era por lo general en los jardines de Coppelia y, a veces, en la propia estación de policía.
Yo recuerdo que me impresionaba mucho cuando hacían cuentos de sus visitas a Virgilio, a quien solamente conocí una vez porque me llevaron como "mascota" del grupo a su casa.
Gracias por el piropo sobre mi apartamento, eso fue hace poco y la que ves en primer plano es Daisy Granados cuando vino por acá la última vez. Yo soy el que está al fondo sentado y lidiando con la música en la computadora. Ya visité el blog que hiciste sobre tu madre. Puedes hacer referencia en él a Las Tolón pero, por favor, no menciones el nombre de los que quedan vivos pues no les he pedido autorización para contarte esta historia.
Un beso para ti, quizás algún día nos conozcamos en persona. A mí me puedes mencionar si te parece, nunca estuve metido en ningún closet, simplemente porque todos estaban ya muy llenos de mariquitas.
Un abrazo.
Fili
Ahora ya sé quiénes eran el grupo de fans que iba a ver a mi madre al Teatro Martí, nombres que la honraban y que ahora conociéndoles, me honran todos, enormemente.
Y
que más agregar después de una carta maravillosa y tan bien escrita,
simplemente gracias, mil gracias mi querido Filiberto Hebra! Y gracias, muchas gracias a Las Tolón, donde quiera que estén!
En la próxima entrada vuelvo a los estudios de CMQ, con más anécdotas y fotografías...