7/08/2011

La Tolón, una vedette y otras indumentarias. (6)


Vestir la piel de una Vedette requería muchas más "indumentarias" que una buena ropa en un buen cuerpo y un bello rostro. Estas artistas polifacéticas debían saber actuar, cantar, bailar, pero sobre todo "encantar". Claro que el carisma no es directamente proporcional al talento, pero ayuda bastante, y me atrevo a afirmar que todas ellas poseían talento y además, una enorme dosis de carisma.

Cabaret del Habana Libre

Mi madre era la típica criollita aunque mucho más cercana al ideal de belleza que tenemos hoy en día porque siempre fue muy delgada. Aquí la tienen en una versión ultrasexy de la famosa bata cubana, al estilo de las famosas rumberas.

Los que nacimos después del 59 recordamos a la extraordinaria Rosita Fornés como la vedette cubana por excelencia. Rosa continuó viviendo en Cuba y manteniendo un público fiel que la sigue a todas partes. La Fornés muy pronto celebrará su 90 cumpleaños y desde aquí la felicito por toda una vida dedicada al arte y con la misma constancia.
Pero mi generación no tuvo otras referencias, no apenas porque los sesentas representaron el advenimiento de una nueva estética y otros géneros musicales, sino también porque la inmensa mayoría de las vedettes, modelos, bailarines, etc. marcharon al exilio.
No tenemos ni la más remota idea de grandes figuras del patio que quedaron "diluidas" y silenciadas, en el espacio cultural de la isla. Investigando aquí y allá, he encontrado la página de la periodista María Argelia Vizcaíno, que cuenta con excelentes fotografías además de una muy completa relación de actores, cantantes y parejas de baile que sentaron cátedra en la farándula de la isla. Su página me ha sido de gran utilidad.

María Teresa Tolón no era propiamente una Vedette en el sentido clásico del término, su formación era eminentemente lírica. Sin embargo, alguna que otra publicación de la época se empeña en llamarla vedette, tal vez porque mi madre era capaz de cantar en cualquier registro y bailaba con muchísima gracia. 

Un recorte de finales de los años 50
Imágenes de la producción fotográfica de la Revista Cinema

Portada de la Revista Cinema 1962
 




La farándula cubana contaba con algunas publicaciones que rivalizaban en dar primicias sobre los artistas y los numerosos espectáculos de una programación suculenta. Teatros, cabarets, televisión, bares, salas de conciertos, salones de baile, anfiteatros y cualquier escenario que se respetase, gozaba con la publicidad pretendida y un batallón de fotógrafos inundaba siempre los estrenos. Infelizmente - y por las razones harto conocidas - este género de publicaciones también desapareció en Cuba en los tempranos sesentas.

Un grupo de imágenes que conservo, conciernen al show: "Su majestad, La Prensa" o "Show de Papel", como también se le conoció. En estas fotografías reconocemos a una joven princesa de la música campesina, Celina González y su compañero Reutilio. El espectáculo recreaba estampas o pequeñas dramatizaciones sobre los dramas pasionales que abundaban la "crónica roja", cantadas por Celina al son de la "Guantanamera".

Celina González y Reutilio, cantan la Crónica Roja en son de Guantanamera.



Xiomara Alfaro, una genial soprano de coloratura era la gran solista del show en una de sus últimas presentaciones en el país. Quién me diría que pasados todos estos años de oírla mentar en mi casa con tanto cariño y tanta admiración, finalmente haya conseguido verla en el Youtube.
Más abajo, en el cierre del espectáculo junto a los bailarines Marta Castillo y Miguel Chekis.

La fabulosa Xiomara Alfaro al centro, la pareja de baile Miguelito Chekis y Marta Castillo. La Tolón en la primera línea la de escalera.
María Teresa Tolón, Miguel de González y María de Los Ángeles Rabí



La elegantísima figura de La Tolón era igualmente una mas-valía para cualquier espectáculo.
Pocas veces las cantantes líricas - con excepción de algunas europeas - consiguen mantener una línea envidiable, la tendencia es a engordar. Es evidente que no puedo esconder el tremendísimo orgullo que siento por la autora de mis días, pero no estoy exagerando, el ejemplo más que elocuente son todas las imágenes que siguen a continuación.


Heredé en vida de mi madre parte de su ropero y sus joyas, siempre las exhibí con orgullo estuviesen o no pasadas de moda, por el aquello de que no importa lo que se lleva sino cómo se lleva, pero por sobre todas las cosas porque ha sido una manera de mantener viva su memoria.


Mi madre me legó el mejor consejo que he escuchado alguna vez sobre el vestir:  
"Es de muy mal gusto estar mal vestido en ocasiones especiales, pero es igualmente ridículo ir overdressing en tu simple cotidiano y guarda la ropa si está en buen estado, porque todo vuelve..."





Durante años y sobre todo en los períodos más difíciles de mi vida en La Habana, reciclé muchos de sus vestidos. Recuerdo una blusa que me gustaba mucho color hueso con un tejido llamado raso-tabla que solo he vuelto a ver en trajes de novia, la tela había sido la cola de un vestido de mi madre.

Soy tan "trapera" como lo fue ella alguna vez y me importa un comino quien argumente esta debilidad como síntoma de frivolidad o extravagancia. La femineidad y el gusto en el vestir no entran en controversia con el intelecto y como diría Gertrudis Gómez de Avellaneda, una de mis favoritas de todos los tiempos: "Es mi opinión, que no desprecio".

Continuará....


7/05/2011

Tropicana y sus famosas lámparas de lágrimas. (5)


María Teresa Tolón en la primera noche de las famosas
lámparas de lágrimas de Tropicana

El cabaret Tropicana después del 59 ha tenido algunos espectáculos memorables y sería injusto no reconocerlo. Si bien no con el esplendor de otrora, "Los romanos eran así", "Tropicana canta y baila" y "Carnaval de Lecuona", entre otros, han intentado mantener la tradición del veterano cabaret, logrando algunos montajes de excelencia y dignidad. Uno de los más mentados fue el homenaje a los 50 años de Tropicana donde se exhibieron réplicas de las famosas "lámparas de lágrimas", aquellas que tanta tinta hicieron correr a las originales (ver en la fotografía).

Si mal no tengo entendido, la famosa referencia a  las lámparas se ha extendido a otros espectáculos, y es que después de los sesentas bajó notablemente el ritmo de las producciones y un mismo show se mantiene mucho tiempo en cartelera. Algunas ideas se repiten una y otra vez, y aunque Tropicana nunca más tuvo un Rodney, no creo sea por falta de talento, la falta de recursos ha hecho sus estragos, como en todas partes.

 Aún tuve la oportunidad de asistir con mi madre a uno de estos espectáculos, allá por los 80's... Ella observaba todo con un halo de nostalgia o sabe Dios lo que le pasaba por la cabeza que entonces dijo algo que resumió todo lo que estábamos viendo en una frase casi lapidaria:

- "Esta cantera de modelos es igualmente bella, los cantantes están bien, la orquesta es excelente como de costumbre, los trajes no están tan mal, pero todas las bailarinas tienen las medias rotas..."  Sin comentarios, eso se llama decadencia.





 Escaleras en las traseras de la pista de Tropicana



Cuenta mi madre que los ensayos eran intensos y tan agotadores que un día hizo el chiste de acostarse a dormir en la escalera que daba acceso a la pista, ahí está la fotografía.












No había tiempo ni espacio para la improvisación o la falta de coordinación. Aunque el coreógrafo tuviese la mar de ayudantes todo era visto al ínfimo pormenor por el propio Roderico Neyra. Por cierto, mi madre nunca le llamó "Rodney", cuando se refería a él, siempre decía Roderico.

La anécdota de las lámparas de Tropicana es bien ilustrativa de lo que era el estilo de Rodney. Una noche antes de un estreno el coreógrafo repetía para sí mismo, una vez y otra, en voz alta:
-"Pero aquí hace falta algo, aquí falta algo..."

Todo era espectacular, las luces, la ropa, la música, las parejas de baile eran de antología, la coreografía ni hablar. Pero Roderico insistía que faltaba algo y no sabía bien qué cosa era. Al final del ensayo general le dijo al productor que quería algunas lámparas de lágrimas en el escenario.

-  Rodney! Pero cómo?? Eso no puede ser ! Y a esta hora ? Cómo se va a montar eso...?! El estreno es mañana...!!!

Rodney por respuesta gritó: - "Muchachitas se acabó el ensayo, pueden ir a cambiarse que mañana no hay estreno..."
El estupor fue general. Se produjo un silencio de muerte mientras Roderico Neyra con toda su calma, encendía otro cigarro. Al día siguiente estaba el elenco al completo para el estreno porque ya habían montado las lámparas.

A continuación algunos cuadros del show donde pueden observarse las lámparas en la línea superior de las fotografías.





Imágenes de otras producciones, entre ellas algunas realizadas en Arcos de Cristal, la pista cerrada (con techo) de Tropicana, utilizada en caso de lluvia o mal tiempo.

En esta fotografía aparece la modelo Zita Coalla, fallecida trágicamente
a comienzos de los años 60's, era una gran amiga de mi madre.






"Sangre Africana" del maestro Gilberto Valdés


No consigo recordar todos y cada uno de los nombres de los artistas que aparecen en estas fotografías, y pido disculpas si dejo de mencionar a alguien porque no es mi intención. Acepto todas las referencias que me puedan hacer, eso solo enriquecería el Blog y se haría igualmente justicia a otros artistas porque muchos de los que aquí aparecen, ya no están por este mundo.

No es que no haya tenido verdadera conciencia de la necesidad de compilar todas sus memorias mientras vivía, pero pensaba que las fotografías eran suficientes a la hora de reconstruir y porque ya habíamos escrito entre las dos una pequeña biografía. La cuestión de los nombres parecía bien simple porque mi madre recordaba uno por uno a todos sus colegas, bailarines, modelos, músicos, etc. Pero muchas anécdotas, fechas y nombres se me han ido perdiendo y borrando con el tiempo, me lo reprocho cientos de veces.

Termino el Post de hoy con dos fotografías que no son de palco pero mi madre le tenía mucho cariño a este excelente bailarín. Tal vez alguien le reconozca y yo pueda incorporar su nombre en la leyenda.
Él es o era, uno de sus tantísimos amigos que emigraron de Cuba, porque un día se fueron casi todos, mientras La Tolón se iba al Teatro, para siempre, en una especie de destierro hacia adentro, pero eso será en otra entrada y mucho más adelante...




Continuará...


La Tropicana de Rodney (4)





La Tolón, una soprano con porte de reina

En los años en que Tropicana tuvo al genial Roderico Neyra como coreógrafo y director artístico, el famoso cabaret (tan famoso como el Moulin Rouge, o el propio Cotton Club), ostentaba en su pista las producciones del más alto nivel creativo de su tiempo. Era tal el derroche y tan fastuosa cada exhibición que asistir a los shows de Tropicana se convirtió en un símbolo de status para la alta sociedad habanera. El apodo de Rodney era, "El Mago". Tomaba cuenta de todo, desde los apuntes escenográficos, las luces, el vestuario, en fin, su sentido del espectáculo era total.

No vale la pena recalcar sobre lo ya tan escrito y lo ya tan conocido. No voy a pecar de falta de originalidad después de los extensivos y continuos "copy and paste" que me he encontrado sobre la historia de Tropicana. Me detendré apenas a relatar lo que contó mi madre, sus anécdotas preferidas, algunas de sus vivencias y por supuesto, las fotografías.

Debo referir que a pesar de la mala fama de sus salones de juego y la de mafiosos que pululaban por el lugar, toda la empleo-manía del cabaret - que era numerosa -, y todos sus artistas, daban lo mejor de sí cada noche con sumo placer y seriedad, siempre entre bastidores y al margen del dinero que se jugaba. Actuar en Tropicana era por sobre todas las cosas una señal de éxito y prestigio profesional. El show era una cosa, el ambiente del casino, otra.

El cabaret no era propiamente un antro de perdición, era la noche del lujo y las lentejuelas en La Habana, - y no es un eufemismo - sus bailarinas, ni siquiera danzaban desnudas como en el Folies Bergère, digamos que había un límite para la decencia. Me detengo a comentar esto porque investigando tanto sobre Tropicana, he encontrado un par de notas al azar con cierto tonito despectivo, propio de los desconocedores para no decir ignorantes y/o falsos moralistas. Tropicana era mucho más que un show nocturno, Tropicana era un grandioso espectáculo.

Las producciones se mantenían únicamente por tres o cuatro meses en cartelera, la música seleccionada era rigurosa, el maestro Armando Romeu dirigía la orquesta con connotada maestría y los modistos de la época hacían creaciones inigualables para bailarinas, modelos y solistas. Es una pena, pero no he encontrado una única referencia de aquellos anónimos creadores que hacían de cada traje una auténtica joya.

En fin, que Tropicana no era unicamente cuatro bellas mulatas meneándose al son de las tumbadoras, era mucho más que eso, desde estampas cubanas de bembé, pregones, boleros a páginas de zarzuela, todo tenía cabida en el ingenioso cerebro de su mítico director, Roderico Neyra.
Por cierto mulatas fueron siempre muy pocas, y negras, ninguna que yo haya visto en las incontables fotografías que poseo (vale recordar que estoy hablando de la Tropicana de los años 50' e inicios de los 60').

La Tolón canta frente a la pareja de baile Leonela Gonzáles y Henry Boyer.
Dirige la orquesta, el maestro Armando Romeu. 1959. Al piano estaba el incomparable Bebo Valdés, y en la batería el magistral Barreto, pero la fotografía no los registra.





Esta fotografía tiene una anécdota fabulosa. Mi madre cuenta que la canción, "Estás en mi corazón", de Ernesto Lecuona (todo el show era con música del maestro), sería interpretada por la famosa estrella de la canción Berta Dupuy, la bolerista revelación del año 1958.
En aquél mismo año el espectáculo se presentaría en el Waldorf Astorias de New York y todos querían estar presentes en el pre-estreno, la prensa, los amigos y toda la fauna nocturna de La Habana, el cabaret estaba a lleno total. La orquesta ya estaba tocando las notas introductorias con un gran arreglo hecho especialmente para la abertura del show, todo a punto para el comienzo pero... Berta Dupuy no aparecía!

La Tolón que era muy disciplinada ya estaba vestida y maquillada media hora antes del comienzo. Estaba muy cerca de la pista y oteaba curiosa al público a través de la cortina porque se había congregado la flor crema y nata de la farándula habanera. Rodney, siempre de cigarro en la mano, caminaba nervioso de un lado a otro. Estaban prontas las parejas de bailarines, las modelos, la orquesta ya había comenzado... y solo faltaba, La Dupuy.

 - Pero dónde está Berta?  Berta, Berta, Berta Dupuy...??? Bertaaaaa...!

Los asistentes corrían de un lado para otro buscándola, la orquesta finalizaba magistralmente la gran introducción y Berta que no aparecía. Diestro, el maestro repitió la introducción una vez más.
De repente se oyó la voz de la vestuarista de las figuras, (decía mi madre que era una señora muy dulce que hablaba tan, pero tan pausadamente, que parecía un disco fuera de revoluciones)

- Rodericoooo,....Berta...... no puede....salir... se rompió.... el zipper .... y no se puede quitar..... el vestido.....vamos a tener .....que cortar...

Se escucharon gritos de histeria! Ojos fuera de las órbitas! Pánico Total!  La orquesta repetía por tercera vez los toques finales de la introducción. tatatatata tatatatta ta tatatatatatatat ta...
Rodney sudaba y miraba en todas direcciones ya casi al borde del desespero, entonces miró fijo a La Tolón y le dijo: - "Sal tú".
Mi madre lo miró incrédula: - Pero Roderico, yo no...
 - Que salgas tú.... ! 

Ella no conocía bien la letra y hasta el arreglo era para otro registro de voz porque Berta Dupuy era una cancionera y María Teresa Tolón, una soprano lírica.

- Pero Roderico si yo no...

Rodney por respuesta la empujó a la boca del escenario y La Tolón apareció en la pista de repente, impelida por del coreógrafo. Sin comentarios...
Mi madre interpretó una inolvidable e inenarrable, "Estás en mi corazón" con letra de una noche, de María Teresa Tolón. Aquello hizo historia en Tropicana y Roderico Neyra seleccionaría a La Tolón para estrella absoluta de su siguiente espectáculo.
Mi madre salvó el Opening del estreno, tenía apenas 24 años, pero ya contaba con una gran experiencia de palco y era por sobre todas las cosas, una profesional.

Buscando material para el Blog he leído además, no sin poco asombro, la cantidad de inexactitudes y ciertas mentirillas piadosas sobre la historia del famoso show que abarrotó una exitosa temporada en New York. Para dudas y otros menesteres, aquí les dejo un añejado recorte de periódico con la publicidad del espectáculo.

 Cartel promocional Rumbo al Waldorf

 Más importante aún, la fotografía de todos los participantes del show "Rumbo al Waldorf", durante una entrevista televisada al propio Roderico Neyra (Rodney), en New York.
Tal vez esta sea una de las pocas que se conserva sobre el mítico coreógrafo. Mucho se ha hablado sobre él, pero pocos han visto su rostro, pasados tantos años ahí lo tienen al centro del grupo con lentes de pasta. En la foto la Tolón de pantalones de pana y pañuelo blanco en la cabeza.

Despedida al show de Tropicana en el Waldorf Astoria de New York. En la primera línea de la fotografía, Marta Castillo, Berta Dupuy, Roderico Neyra, y María Tersa Tolón, entre otros.
 
Mi madre me contó - y no era un secreto - que desde hacía varios años, Roderico Neyra padecía de lepra. En la etapa más difícil de la enfermedad su gran amiga, Rita Montaner lo había  ayudado mucho y él siempre mencionaba a Rita con extremo cariño. Siempre se ha hablado mucho de las malas pulgas y la mala lengua que tenía "La Única", pero como nada es en blanco y negro, es cierto que Rita fue quien le dio el gran espaldarazo cuando él más lo necesitaba.

La enfermedad de Roderico le había hecho perder la sensibilidad en las manos y como fumaba compulsivamente durante los ensayos, se le olvidaba a menudo que tenía el cigarro entre los dedos. El cigarro se consumía y Rodney solo se daba cuenta del estrago cuando sentía el olor a quemado o cuando alguien atento, le avisaba. El coreógrafo comenzó a resguardar los dedos con recortes de tela para sentir más rápidamente el olor de las quemaduras. Pero nada lo hacía detener, era un creador imparable.

Entrevista a Roderico Neyra (RODNEY)

Mi amigo Rodrigo Kuang, teatrista, actor, guionista y autor del Blog Habana Memorias, escribió una magnífica entrada dedicada a mi madre, no podría tener un título más acertado: Contra el olvido, es el primer texto que le hace justicia y el primero que leí sobre ella, en muchos años. En su narración hace una justa referencia al Blog de Ramón Díaz Artículos, donde encontró excelentes anotaciones y un intento de cronología sobre los espectáculos que se sucedieron en Tropicana, escrito por el excelente mimo y director cubano.

Existen cientos de fotografías, pero como ya apunté, subiré apenas las más emblemáticas. Las que siguen a continuación, corresponden al espectáculo: "Tropicana alrededor del Mundo".
 
María Teresa Tolón, Fernando Albuerne, Ester Borja y Jorge Pais en: "Tropicana alrededor del Mundo"


 
 


La Tolón y Jorge Pais en una estampa de
"Rosa La China"
La corte del Faraón





La corte del Faraón




En la próxima entrega hablaré de las famosas lámparas de Tropicana...